Saturday, July 30, 2005

Madre hay una sola... Por suerte!

El título es sólo uno de los tantos chistes con que se habla acerca de las madres y de la maternidad. Confesémoslo: la maternidad es está bastante demonizada. Algún psiquiatra (disculpen mi ignorancia, pero no me atrevo a asegurar que haya sido Freud) apuntó alguna vez con el dedo a la madre del sujeto que estaba tendido en su diván, y de ahí la cosa no ha parado.
Yo creo que es cierto, las mamás tenemos la culpa. Hasta por ausencia.
Pero del otro lado, la maternidad es también mitificada hasta la náusea. "Amor de madre, abismo sin medida".
Creo que podría llegar a probarse que las visiones que han prevalecido acerca de la maternidad son visiones masculinas (lo cual es como descubrir el agua tibia, porque ¿qué visión preponderante, acerca de qué cosa, no es masculina?).
Y siento -ya desde mi experiencia de la maternidad- que falta renovar el discurso acerca de la maternidad. Que a las mujeres nos falta hablar acerca de ser madres. Pero hablar en serio; es decir, más allá de la anécdota del primogénito, o de las comparaciones acerca de lo experimentado en la sala de partos.
En realidad, tal vez no sea una conversa sólo entre mujeres: hay una curiosa definición de "madre" que hace Humberto Maturana, y que es independiente del género (cuando la encuentre en la internet, la linkearé).
Soy una mamá soltera que tiene un hijo varón de cinco años, y que ha descubierto asombrada que, pese a todo lo que se discursea acerca de ella, o tal vez precisamente por eso, hace falta hablar de la maternidad.