Sponsored by Adidas! O los extremos de mi incapacidad para comprometerme.

Mañana estreno las supernova, compradas de ocasión en un outlet que queda en P. de Valdivia con Irarrázaval (gracias a L. por el dato!). No son las "state-of-the-art", en todo caso, pero serán indudablemente una mejora. ¿Iré a volar, como me asegura L.?

Mis viejas zapatillas quedarán de reservistas en el clóset. No las botaré, mis genes zeneizes me lo impiden; además, mis chanclas me han brindado un buen servicio y no veo por qué no puedan continuar, en ciertas circunstancias, prestándolo.

En todo caso, me desayuné cuando el vendedor, ponderando las bondades de las supernova, me dijo "estas zapatillas son durables, de más que te duran seis meses..." Guaaaa.... ¿Perdón? O sea, ¿qué dijo? ¡Pero si yo mis viejas chancletitas las he usado por diez años! Ok, siempre he sabido que soy la corredora menos glamorosa que jamás haya pasado entre la Playa Amarilla y el Club de Yates de Higuerilla, pero no sabía que además estaba siendo muy... "vintage".

Estas reflexiones me llevaron a gastar unas lucas más y comprarme un shortcito de lo más firulay para trotar... pero no creo que mañana lo use; iré de a poco incorporando mis nuevas pilchas. Si lo hago de una sola vez, me sentiré incómoda, ridícula y capaz que ni trote.

Toda esta compra de new gear tiene que ver con haber descubierto que no me he tomado jamás muy en serio esta huevá deportista que tengo. Y este proceso de tomarme más en serio me ha puesto al borde de una decisión vital: ¿corro o no la maratón de Santiago? O sea, precisemos: la maratón-maratón... no way. Ni tengo el físico ni el temple mental (o sea, cómo te explico que aunque el físico me respondiera, yo no te troto más de 1 hora; qué fome, qué laaata!). Me refiero, muy modestamente, a la corrida de 10 k. Bueno, modesto para mí no es, porque yo lo que corro cuando corro son entre 4 y 6 k., así que 10 es como el doble.

Uuuuuh! O sea claro, sería custión de hacerme un programa, prepararme, comprometerme, inscribirme y eso... Y entonces, ta-daaa... ¿quién se aparece por los palos? La Mexxe que se horroriza ante el compromiso, que necesita de su libertad, que se resiste a los programas, horarios y rutinas preestablecidas, incluso cuando se trata de algo tan básico como prepararse para correr 10 k en apenas un mes más.