Wednesday, May 07, 2008

Bárbaros mapuches...?

"En esto salió [el cacique], que iba al río a bañarse, acabado de levantarse de la cama, y nos llamó para que fuésemos a hacer lo propio en su compañía; y aunque a los principios llegué a sentir el imitarles en aquella acción y costumbre, después me hice tanto al baño de por la mañana, que era el primero que acudía a él sin repugnancia, porque real y verdaderamente conocí y experimenté ser sauldable medicina para la salud y para la conservación de la vida, pues en todo el discurso de mi vida me he hallado tan fuerte ni tan vigoroso como después que continué aquel ejercicio, y el haber vivido después acá con buena salud (a Dios las gracias principalmente) el haber quedado acostumbrado a refrescarme de mañana, ya que no puedo ejecutar el baño (por no tener a mano cuando me levanto un cristalino arroyo a que arrojarme), me hago echar en la cabeza y en el celebro un cántaro de agua serenada de buen porte, después de haberme lavado los brazos y la cara."

(Francisco Ñúñez de Pineda, "El Cautiverio Feliz")

7 comments:

Renata said...

Menos mal que vinieron a civilizarnos. Sin ellos, tal vez, no habríamos conocido nunca la peste, ni la bendita penicilina...

principio de incertidumbre said...

¿quién es el tipo?


suena a diario de español.


Yo vengo de familia mapuche también.


Saludos, mexxe.

viviana said...

la cuestión es que no todos los españoles conocieron esta buena y sana costumbre... y lo digo con pesar, porque se acerca el verano... ufffffffff

un besote enorme

Marc Pesaresi said...

JAJA Yo no soy mapuche ni lo quiero ser, soy italiano y argentino a mucha honra pero debo admitir sin verguenza alguna, que los europeos son mugrientos por naturaleza y que la aficción de los argentos de bañarse hasta dos veces o más por dia, en caso de verano, sin duda debe provenir de sus contactos con los aborigenes, los cuales no eran sucios, sino que tenían muy buenos baños y excelente salud. Este comentario me hizo acordar a la teleserie de los 80 Shogun, donde Richard Chamberlain interpreta a un piloto naval inglés que arribado a Japón, descubre la sana costumbre de bañar ¡todos los dias! y se hace tan aficionado a los baños, que en compañia de sus compatriotras prisioneros de los samurais, comienza a detestar no solo el hedor sino ademas la falta de higiene. Es sin duda un prejuicio arraigado europeo mas que nada, que todas las demás sociedades son sucias e incultas y no es asi. Hoy día aun se puede notar en algunos visitantes del primer mundo cierto desapego a la higiene corporal que disimulan, bah mal pretenden, con perfumes de variadas fragancias. Muy bueno este comentario que exhalta las virtudes de una raza local fuerte y valerosa.

Anonymous said...

Los restos más antiguos de instalaciones para la limpieza corporal pertenecen a los palacios egipcios, aunque son tan fragmentarios que resulta difícil deducir su estructura. En los palacios de la civilización egea, en Cnosos y Faistos, se encuentran los primeros ejemplos de salas de baño, asombrosas por su cuidada disposición y el avanzado sistema de suministro de agua y de desagües.

La versión romana de los baños se preocupaba tanto de la sensualidad como de la limpieza. Los romanos construyeron magníficos baños públicos, como los de Caracalla, que ocupaban una superficie de 11 hectáreas. En ellos podían bañarse 1600 personas al mismo tiempo, siguiendo un ritual que se iniciaba con la aplicación de aceites para pasar luego a una sala caliente, una sala de vapor, el baño caliente, el baño frío y, finalmente, la aplicación de ungüentos una vez más. Además de los lujosos baños públicos eran frecuentes los baños privados en las casas particulares, como los que se conservan en la ciudad de Pompeya.

Los pueblos mesoamericanos contaban con construcciones especiales que se dedicaban al baño llamadas temazcalli entre los mexicas. Eran de vapor adosados a la vivienda, aunque también había baños públicos. El temazcalli tenía una pared de piedras porosas tras la que se encontraba un horno alimentado desde afuera. Cuando las piedras estaban bien calientes se echaba agua sobre ellas para producir vapor y el que se bañaba se azotaba ligeramente con un manojo de hierbas humedecidas para estimular la circulación y aumentar la sudoración; terminaba enjuagándose con agua limpia.

En la Europa medieval la gente no solía bañarse, excepto en las zonas de influencia árabe. Habían desaparecido los baños públicos, en parte porque escaseaba el agua al destruirse muchos acueductos romanos; en parte porque se consideraba que eran lugares de promiscuidad y por temor a la peste bubónica que asoló Europa en el siglo XV.

Los médicos del siglo XVIII empezaron a recomendar a la gente que se lavara todos los días la cara, el cuello y las manos. Los franceses idearon una bañera con desagüe, modelo que llevó Benjamín Franklin a los Estados Unidos en 1790. Sin embargo, el baño tardó en volver a formar parte de los hábitos diarios de la gente.

Cuando la reina Victoria subió al trono de Inglaterra en 1837 no había baño alguno en el palacio de Buckingham, en incluso en la década de 1870 eran raras las casas que los tenían.

Las tinas de baño con tuberías para la entrada de agua caliente fueron posibles en la década de 1880 con la instalación de calderas domésticas calentadas por los fogones de las cocinas; en esa época comenzaron a fabricarse en serie bañeras de hierro fundido.

Cacofonomano said...

coincidencia.... ayer recordaba que cuando era chica me cargaba bañarme, era porque mi familia criada en el sur siempre se bañaba todos los dias con agua helada...... uy!! que frio solo de pensar... mi abuela naturista decia siempre que lo mejor era el baño de agua fria, hacia reaccionar el cuerpo y nuestro organismo.

Cacofonomano said...

de antemano VIVA EL PUEBLO MAPUCHE!!... Y muy divertido tu blog, me E N C A N T O