Wednesday, August 10, 2005

¿Señora o señorita?

Una vez un chiquillo colegial, grande, osuno, con los parietales rapados, me paró en la calle para alguna clase de encuesta, y al detenerme, me preguntó si era "señora o señorita". No sé si me pilló con el período, pero en un tono más agresivo del que hubiera querido usar, le respondí que si él creía que yo tenía que ser posesión de algún hombre para ganarme mi derecho a no ser infantilizada. El pobre no sabía dónde esconderse: claramente, su pregunta tenía por objeto hacerse el amoroso, porque -seamos objetivos- tampoco es como que yo tenga tanta pinta de señorita, a estas alturas.
Pero es verdad; el hecho merece ser considerado desde el siguiente punto de vista: ¿cuándo es que una mujer pasa a ser una señora? Desde luego, no es un formulismo que tenga que ver, primariamente, con la edad de la designada, sino con su estado civil, esto es, desde que la dama en cuestión tenga un contrato de matrimonio suscrito con un señor: efectivamente, si una mujer porta la argolla matrimonial en el dedo correspondiente es legítimo tratarla de "señora", aunque tenga pinta de pajarita de Dios. También es el formulismo que usa el marido para presentar a su cónyuge: "Te presento a mi señora". Tenemos, entonces, que "señora" se asocia a "mujer casada".
Pero su uso tiene contenidos más sutiles: la expresión permite designar como "Señora" a aquella mujer cuya vida sexual uno supone que ya ha sido iniciada. O, más precisamente, la regla de uso del término parece funcionar "por negación"; es decir, que una mujer de vida sexual activa no debe ser tratada, en principio, de señorita: nadie pensaría dar ese tratamiento -salvo con una torpe intención irónica- a una prostituta. Tampoco a una mujer que, por ejemplo, amamanta a un bebé. En este sentido, "señorita" es un poco sinónimo de "doncella".

Desde este punto de vista, resulta triste -más que patética- la ferocidad con que algunas mujeres defienden su calidad de señoritas, aun cuando ya peinan canas hasta en su vello púbico. ¿A santo de qué la necesidad de proclamar su doncellez, sobre todo cuando ya nadie pensaría que dicha doncellez tiene amenaza alguna? ¿Cuando esa doncellez ya no es, a los ojos de los demás, una virtud, sino el signo de un fracaso? Sí, es cruel el espectáculo de estas mujeres engañadas, que se sienten obligadas a levantar la cabeza en medio del sutil escarnio que produce su condición de intocadas, de mujeres que nunca conocieron el amor sexual.

Todo esto es ajeno a los varones. A ellos se les trata de "señores" desde el momento en que su adultez es aparente en su aspecto exterior. Nadie se cuestiona si es apropiado o no tratarlos de señores, nadie asume cosas acerca de su estado civil ni menos su vida sexual cuando les brinda ese tratamiento; simplemente, se trata de que han alcanzado la edad adulta y punto. Y en la vejez, ningún hombre se siente compelido -por extrañas fuerzas sociales ejercidas sobre su psique- para andar proclamando su castidad, que en realidad, no es asunto de nadie.

En conclusión, una mujer será una "Señora" si está casada, o en la medida en que su interlocutor pueda asumir que ha iniciado su vida sexual. Por eso, me parece que es el colmo de la descortesía, la falta de tacto y la intrusión en la propia vida privada que alguien le pregunte a una mujer "¿Señora o señorita?"
- "Disculpa" -debiera uno contestar-, dado que no llevo argolla de matrimonio, ¿me estás preguntando si me he acostado con alguien?"

4 comments:

Polilla said...

Yo no sé... acá en España la cosa es distinta... se supone que si estás embarazada o con guagua es porque estás casada, porque las madres solteras simplemente no existen. Entonces, cuando me tratan de señora sólo porque me ven la media ni que guata es como que me recordaran que soy un bicho raro. Sé que no tienen la culpa y que soy minoría, pero no dejo de sentirme apenada. POr qué no podemos tener un sólo título, como los hombres?? Así se acabrían estos problemas en toooodas partes.
xxx

buckinghampalace said...

bah, es un problema de lenguaje que no actualizamos. En inglés se usa el genérico "Ms." que no sé cómo se pronuncia. ya deberíamos actualizarnos nosotros también!

Anonymous said...

Me parece que es una distinción que ha desaparecido paulatinamente de la sociedad occidental moderna... En mi país se les llama "señoritas" a las jóvenes vírgenes... Como hay tan poquitas, se usa ahora el apelativo neutro "joven"... Se acostumbra a decir: "la joven fulana de tal"... A las mujeres casadas o embarazadas se les llama "señoras" con toda propiedad... Las costumbres sexuales han cambiado demasiado desde los tiempos de nuestros abuelos... Hablar de "señoritas" como sinónimo de mujeres vírgenes es un completo anacronismo en unas sociedades occidentales donde las niñas están cogiendo desde los doce años...

Anonymous said...

Me encantas, feminista como eres...Me re encantas, así enfática.