Sunday, September 25, 2005

Pablo, el reformador social.




Pablo: Mamá, ¿existen las cárceles?
Yo: (con voz distraída) ...Msí...
Pablo: Uyyyy!! ¿¿¿Todavía???
Yo: ...

Thursday, September 22, 2005

Alguien sabe...?

Todos los días chequeo el blog de la Cabra Chica, y hace tiempo ya que no hay nuevos posts, lo que me hace pensar que tal vez Agus ha hecho ya su triunfal entrada en el sansara.
Por ahí me comentaron que su compañera de habitación tenía también un blog, pero el que me parece que era, está inactivo hace algún tiempo.
Mandé un mail a la dirección de la Cabra, a ver si recojo novedades... Pero si alguno de ustedes sabe algo, que me lo postee como comment.

Estamos todos esperando...

Wednesday, September 21, 2005

anarcoizquierdista


Una de las cosas que se decía mucho en época post dictadura era que de política no se debía hablar. Que era mala educación. Claro, durante la dictadura, simplemente no se podía discutir de política en forma muy abierta, y tal vez ese miedo nos dejó su sombra en los años posteriores a la derrota de Pinochet.
Yo creo que es un error omitir las discusiones políticas. Bueno, omitir las discusiones en general. ¿Por qué tenerle miedo a disentir? ¿No será, por el contrario, un arte que hay que practicar?
Pero también entiendo que en, pongamos, un matrimonio, donde te tocó sentarte a una mesa de gente que conoces vagamente, no te vas a poner a despotricar en contra del gobierno de turno asumiendo -como hace normalmente la gente que se pone a hablar de política- que todos tus contertulios no pueden menos que hallarte la razón.
Toda esa introducción fue a propósito de esto:
En algún blog encontré este test. Resulté ser una liberal de izquierdas (ya me lo sospechaba), más cerca del Dalai Lama que de Nelson Mandela, y sorprendentemente lejos del cuadrante de las ideas socialistas. El puntito rojo que representa mis ideas políticas está en la mitad-mitad del cuadrante izquierdo-anarquista.

Es interesante, si entran a la página, ver la forma en que se habla de nuestro dictador chileno: se lo clasifica como un "ultimate free marketeer" y, en otra parte, ponen: "You can also put Pinochet, who was prepared to sanction mass killing for the sake of the free market, on the far right as well as in a hardcore authoritarian position."

En fin, yo me tenía por socialista, pero parece que me falta cierto autoritarismo para eso. Si entiendo bien estas cosas, los anarquistas de izquierdas no tenemos, en realidad, una ideología y parecemos funcionar de acuerdo a tres o cuatro principios fundamentales, que los lectores avispados no necesitan que yo reproduzca aquí.
O sea, me siento un poco huérfana de ideología, ahora.

Saturday, September 10, 2005

Neolengua

Soy intolerante en algunas pocas cosas. En serio, son pocas. Una de ellas dice relación con los vocablos mal usados, los horrores de ortografía, los neologismos producidos por el insistente uso desviado de alguna palabra. Odio, por ejemplo, el típico empleo de la palabra "vituperio" cuando se quiere designar una pequeña reunión de amigos, un cóctel o alguna fiestecilla informal. Pero, ¿De dónde lo han sacado? Here's the news, pequeños creadores de neolengua: vituperio = insulto.

Pero los esfuerzos para difundir esta neolengua no los hacen sólo los "pequeños". De hecho, este rant me lo ha sugerido EMOL, a quienes transmito una advertencia de la RAE: Señores editores, aviso: La palabra calcamonía no está en el Diccionario.
Una pequeña cita que viene al caso, de la manoseada novela de George Orwell, 1984:
--¿No te das cuenta de que el objetivo último de la neolengua es reducir la capacidad de pensamiento?

Monday, September 05, 2005

No soy feminista, pero...

Creo que fue en 1992. Un amigo, para ayudarme a pasar un amargo trago –académico- me tenía de sorpresa un libro autografiado de Angélica Gorodischer, y además, una invitación para ir a tomar desayuno con ella, al día siguiente.
¿Quién es Angélica Gorodischer? Bueno, una de las escritoras más inteligentes, creativas, divertidas e irreverentes de la Argentina. Y por todas esas mismísimas razones, quizás sea ella “la más famosa escritora desconocida de Argentina” (gracias, Djuna Barnes).
Pero hay una razón más para que no nos suene tanto como debiera, el nombre de la rosarina: partió escribiendo ciencia ficción.
De hecho, yo la conocí por eso: porque con mi papá teníamos entonces la complicidad de las novelas de ciencia ficción. Y entre nuestras lecturas favoritas estaba una revista española que se llamaba “Nueva Dimensión”, y en algún número, se publicó un cuento loquísimo de unos exploradores espaciales, contado desde la perspectiva de una niña que es parte de la tripulación y se caracteriza por ser una “ab-tiempo”... No les explicaré qué tremendo rollo es eso de ser “ab tiempo”, pero ya se olerán que consiste en percibir el tiempo de manera diferente al resto de los mortales (...y ella, la chica “ab tiempo” es la narradora de la historia... ¿les dije que la mina ésta es creativa? Es que lo digo de nuevo: es una de las más creativas escritoras que he leído).
Bueno, la cosa es que figurábamos, Jorge y yo, esa mañana, empalados de frío, todavía con cara de recién salidos de nuestras duchas, oteando el horizonte de mesas, en el restaurante del hotel, en medio del entrechocar de loza, vasos con jugo de naranjas y aroma a café caliente. Jorge la ve y nos dirigimos a su mesa. ¡Angèlica Gorodischer! Es una mujer grande, de pelo corto y canoso, muy argentina en su forma de ser y moverse, muy argentina frente a nosotros dos, chilenísimos, cortadísimos, atrasadísimos, que nos sentamos pidiendo excusas en su mesa y pedimos nuestros cafés con leche.
Han pasado tantos años que me es difícil decir de qué conversamos, pero claro, hablamos de literatura: de la de ciencia ficción y de la otra. Recuerdo que con un gesto de la mano descartó a Max Frisch, diciendo que no había autor más aburrido. Lo recuerdo, porque yo acababa de terminar de leer “No soy Stiller”, pero no me atreví a mencionarlo (además, tuvo razón porque ahora, más de diez años después, soy incapaz de decir de qué se trataba esa novela.),
Ella estaba atrasada, así que hubo que tomarse el café rápidamente, pero la conversación nos tenía enganchados y nos dijo que la acompañáramos a su pieza, donde mientras hablaba y hacía otras cosas, abrió la guía de teléfonos para aprovechar de llamar a todos los Gorodischer que aparecieran. Gorodischer era el apellido de su marido. Le preguntamos por qué no usaba el suyo, y nos miró “de hipo en hipo”, como diría Papelucho: “¿El mío? El de mi padre, querrás decir, che. Otro hombre.” Y volvió a su guía de teléfonos. Entonces hablábamos de feminismos, y yo (quiero excusarme en mi juventud e indocumentación) dije aquella tonta frase que lamentablemente todavía dicen muchas mujeres, acerca de que “yo en realidad no soy feminista, pero creo que hombres y mujeres tienen iguales derechos... “
Ella tiene que haber pensado que era mejor rebatirme que echarme a patadas de su habitación, o tal vez se dio cuenta de que en realidad la frase era pura cobardía de mi parte, porque me contestó que eso era ser feminista, y que había que dejarse de boludeces y decirlo, nomás.
Bueno, tal vez no dijo “boludeces”, pero seguro que estuvo muy cerca de decirlo.
Así que desde esa vez, yo lo digo claramente, sonriente y con una sola exhalación de los pulmones: Soy feminista; profunda, convencidamente feminista. Y espero criar desde ese feminismo a mi hijo, contra todos los vientos cósmicos y las mareas mass media.

Thursday, September 01, 2005

Jirafas



"Puras jirafas" - dice Pablo, entre sueños, una mañana. "¿Dónde están las jirafas?"- le pregunto, para animarlo a que siga contando su sueño. "En un plato" - murmura. "¿Están dibujadas en el plato?" - "Nooo... sus cuellitos son de fideíto y sus cuerpitos son de carne."